Enfermedad renal ateroembólica

Definición

La enfermedad renal ateroembólica ocurre cuando pequeñas partículas hechas de colesterol y grasa endurecidos se diseminan a los pequeños vasos sanguíneos de los riñones.

Nombres alternativos

Enfermedad ateroembólica de los riñones; Síndrome de embolización por colesterol; Ateroembolia renal; Enfermedad renal ateroesclerótica

Causas

La enfermedad renal ateroembólica (AERD, por sus siglas en inglés) está ligada a la ateroesclerosis, un trastorno común de las arterias. Se presenta cuando la grasa, el colesterol y otras sustancias se acumulan en las paredes de las arterias y forman una sustancia dura llamada placa.

En esta enfermedad, los cristales de colesterol se desprenden del revestimiento de placa en las arterias y se desplazan hacia el torrente sanguíneo. Una vez en circulación, los cristales se pegan a pequeños vasos sanguíneos llamados arteriolas. Allí, ellos reducen el flujo sanguíneo a los tejidos y provocan hinchazón (inflamación) y daño tisular que puede lesionar el riñón u otras partes del cuerpo.

Los riñones están comprometidos aproximadamente la mitad de las veces. Otras partes del cuerpo que pueden estar involucradas incluyen la piel, los ojos, los músculos y los huesos, el cerebro y los nervios y órganos en el abdomen. La insuficiencia renal aguda es posible si los bloqueos de los vasos sanguíneos del riñón son graves.

La ateroesclerosis de la aorta es la causa más común de AERD. Los cristales de colesterol también se pueden desprender durante una angiografía aórtica, un cateterismo cardíaco o cirugía de la aorta u otras arterias mayores.

En algunos casos, la AERD puede ocurrir sin una causa conocida.

Los factores de riesgo para esta enfermedad son los mismos que los de la ateroesclerosis, entre ellos la edad, el sexo masculino, el tabaquismo, la hipertensión arterial y la diabetes.

Síntomas

La enfermedad renal ateroembólica puede ser asintomática. Si hay síntomas, pueden comenzar de manera súbita o empeorar lentamente durante semanas o incluso meses. Los síntomas pueden abarcar:

La insuficiencia renal puede ocasionar:

Pruebas y exámenes

El médico llevará a cabo un examen físico. La hinchazón puede comenzar en las piernas, pero puede afectar todo el cuerpo. Un examen de los ojos puede mostrar partículas en las pequeñas arterias de la retina.

El médico auscultará los pulmones, el corazón y los vasos sanguíneos con un estetoscopio. Se pueden escuchar sonidos anormales. Por ejemplo, se puede escuchar un sonido sibilante alto, llamado soplo, sobre la aorta o la arteria renal.

La presión arterial puede estar elevada. Asimismo, puede haber muchas úlceras cutáneas en la parte inferior de los pies.

Los exámenes que se pueden hacer abarcan:

Tratamiento

No existe ningún tratamiento para la enfermedad renal ateroembólica que funcione bien. El tratamiento se centra en el manejo de las complicaciones del daño a órganos.

Se pueden utilizar medicamentos para tratar hipertensión arterial y bajar los niveles de lípidos y colesterol.

Se pueden necesitar otros tratamientos para la insuficiencia renal o complicaciones.

Ver:

El médico también puede recomendar otros cambios en el estilo de vida, como incrementar el ejercicio o bajar de peso. Dejar de fumar es sumamente importante.

Pronóstico

El pronóstico varía, pero generalmente es desalentador y el trastorno empeora lentamente con el tiempo. Los cambios en el estilo de vida pueden ayudar a retardar la progresión de la enfermedad.

Posibles complicaciones

Cuándo contactar a un profesional médico

Consulte con el médico si presenta:

Prevención

Usted puede modificar los factores que aumentan el riesgo de padecer esta enfermedad.

Referencias

DuBose TD Jr, Santos RM. Vascular disorders of the kidney. In: Goldman L, Ausiello D, eds. Cecil Medicine. 23rd ed. Philadelphia, Pa: Saunders Elsevier; 2007:chap 126.

Kanso AA, Hassan NMA, Badr KF. Microvascular and macrovascular diseases of the kidney. In: Brenner BM, ed. Brenner and Rector's The Kidney. 8th ed. Philadelphia, Pa; Saunders Elsevier; 2007:chap 32.


Actualizado: 6/8/2011
Versión en inglés revisada por: David C. Dugdale, III, MD, Professor of Medicine, Division of General Medicine, Department of Medicine, University of Washington School of Medicine; and Herbert Y Lin, MD, PhD, Nephrologist, Massachusetts General Hospital; Associate Professor of Medicine, Harvard Medical School. Also reviewed by David Zieve, MD, MHA, Medical Director, A.D.A.M., Inc.
Traducción y localización realizada por: DrTango, Inc.
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